porque te lo hacemo´te lo hacemo´con las manos/el arte el arte con las manos/
te lo repartimos porque somos artesanos. Trueno (cantante, rapero y compositor argentino)
“No es fácil la arcilla de acá. Es muy áspera: mucho calcio y muchas sales”, aseguró Verónica López, ceramista artesanal de oficio desde hace 31 años 1 y vecina de Villa Ciudad Parque. Sus días se templan al calor de su taller “Ser de Barro” en el que realiza clases para todas las edades y anfitriona jornadas como las del día diecinueve de setiembre, en donde un grupo de mujeres se reunió para experimentar la técnica “Raku”, un método de cocción de cerámica de origen japonés, explicado a continuación , y con mucho entusiasmo, por Carla, una de las asistentes al encuentro.

Las palabras también se moldean y a su vez cocen nuestras vincularidades, aún a riesgo de terminar siendo un chamote 2. Vaya si lo entendió en el siglo XX el antropólogo y filósofo Rodolfo Kusch, para quien la cerámica está ligada a la tierra y el suelo, simbolizados en el arraigo vital y espiritual. Lejos de una postura chauvinista este baqueano de lo profundamente indio y americano describía el pensar como un ritual que abrazan los contrarios, un aquí y ahora (un “despiadado” aquí y ahora)marcado por el suelo pero no en el sentido de la “Patria” que deriva 3. Disculpe lect@r la digresión, es que Kusch motiva. Volvamos a la jornada.
Las mujeres disponen las piezas en el horno para un “biscochado” que durará cuatro horas y alcanzará una temperatura mínima de 900 Cº. Con ramas y restos de madera alimentan el voraz fuego mientras se suceden entre risas y mates las anécdotas de viajes y cocidas pasadas. Se las nota muy contentas, tanto que alejan los presagios de una inminente tormenta que suspendería la jornada. Dentro del maravilloso mundo “Raku” van a experimentar una técnica originaria de Europa del este llamada obvara. En qué consiste, Mariana?

El sentido comunitario de la jornada es palpable en el intercambio de saberes que flota como el humo del templado 4 en el ambiente. Parecería que el suelo entra en sincronía con sus palabras cuando con naturalidad nombran a la ubicua arcilla, al feldespato, al cobalto, al tóxico plomo (y una noticia se quema rápido en el oído del curioso cronista) y al indestructible titanio, además de todo tipo de fundentes y colorantes. Son saberes que brotan desde ese “inconciente social” tan caro a Kusch 5 y nos obligan -¡ay de este otro oficio!- a preguntar por lo que brinda la criticada industria minera al ceramista. Las respuestas no se hacen esperar y sorprenden:
“Lo bueno de la arcilla es que se puede reutilizar, no tiene casi desperdicio como otros materiales”
“Los insumos están cada vez más caros porque los lugares y áreas donde se recolectan están cada vez más privatizados”

“Ya no pongo mi tiempo en buscar arcilla. La materia prima que se adquiere en locales comerciales es noble. Se trata de trabajar a conciencia”
Una nueva integrante se suma al grupo. Como nota que la cocción ha comenzado decide guardar sus piezas pero no cuenta conque las demás mujeres la motivan a incluirlas en la todavía tibieza del horno y este pequeño detalle (acaso las diosas no habitan los detalles?) confirma otra de las características de la jornada. Todo deviene en una dinámica procesal que luego transmutará en el trabajo:
Gracias, Mariana. El cronista se despide, no podrá ver esta vez crecer el fuego esplendente y nocturno. La arcilla virtual de estos tiempos llamada whatsapp le convidará fotos y videos y el simulacro de este este siglo ofrecerá sus máscaras. Atesoremos rayos de lo invisible como el que regalaron a este cronistas las mujeres del barro y del fuego.

Agradecemos a Carla, Candela, Verónica, Bettina, Mariana y Paula por la buena onda y su predisposición a compartir los saberes de su oficio.
Fotografías: Samanta Sánchez y Javier Inocencio
- “mi primera pieza fue un árbol”, rememoró ante este cronista durante una jornada de taller con niñeces. Qué manera sencilla de empezar
- En cerámica una pieza cocida y rota
- Interesante la etimología de esta palabra: separar la raíz del todo
- recurro una vez a mi idiotez artificial para referir a este método de cocción lento y gradual que evita quiebres en las piezas de barro por súbito aumento de temperatura
- quien a su vez dialoga con el “inconciente colectivo” del profundo psicólogo Carl Gustav Jung











