A orillas del río Los Reartes y abrazada por bosques nativos, Villa Ciudad Parque es una de las localidades más jóvenes del Valle de Calamuchita, pero también una de las más dinámicas y singulares. Surgida a mediados del siglo XX como un loteo turístico, con calles anchas y terrenos espaciosos, con el tiempo fue dando paso a una comunidad diversa que hoy apuesta por la vida en contacto con la naturaleza y con una fuerte conciencia social.
A diferencia de otras localidades del valle con una impronta histórica marcada, Villa Ciudad Parque se construye día a día, desde la convivencia entre vecinos llegados de distintos lugares, con trayectorias muy distintas, pero unidos por una búsqueda común: una vida más simple, conectada con el entorno y con valores comunitarios.
Aquí no hay casco histórico ni arquitectura uniforme. Hay huertas, casas autosustentables, talleres culturales, ferias autogestivas y espacios de participación ciudadana. El ambiente natural se respeta y se cuida, y eso se nota en los proyectos que promueven la agroecología, el reciclaje, la educación ambiental y el arte como forma de encuentro.
Villa Ciudad Parque también ha tomado un rol activo en cuestiones sociales y políticas, siendo pionera en el valle en iniciativas vinculadas a la igualdad, la diversidad y la participación vecinal. Esa actitud comprometida le ha dado una identidad propia, distinta a la del turismo masivo, más cercana al concepto de comunidad organizada.
En constante crecimiento, pero con el desafío de no perder su esencia, la Villa se posiciona como un lugar donde es posible construir un presente más justo, creativo y sostenible.
No es sólo un lugar para visitar. Es un lugar para imaginar otra forma de vivir.
La vida en Villa Ciudad Parque se aleja de los ritmos acelerados y de las lógicas del turismo tradicional. Acá, lo cotidiano tiene otro pulso. El mate bajo los árboles, las asambleas vecinales, los talleres abiertos, las ferias con productos locales y el saludo entre desconocidos forman parte de una trama social donde cada uno cuenta.
La mayoría de quienes habitan este rincón del valle eligieron dejar atrás ciudades más grandes buscando una vida distinta. En esa migración, trajeron saberes, oficios, ideas y ganas de participar. Así, se fue tejiendo una comunidad con fuerte impronta autogestiva, donde conviven artistas, docentes, campesinos, técnicos, ambientalistas, familias jóvenes y jubilados que encontraron aquí un nuevo comienzo.
Uno de los rasgos más notables de Ciudad Parque es su relación con el entorno natural. Se cuida el monte, se promueve el uso responsable del agua y se impulsa una arquitectura integrada al paisaje. No es casual: la conciencia ecológica está presente en casi todas las decisiones colectivas, desde el diseño urbano hasta los eventos culturales.
La plaza del pueblo, el SUM comunal, las radios locales y las bibliotecas populares son puntos de encuentro donde se habla, se debate y se crea. Todo está en proceso, en movimiento. Acá, nadie espera que otro lo haga: se organiza, se propone, se colabora.
Villa Ciudad Parque es un territorio que se construye desde abajo, con espíritu cooperativo y un fuerte sentido de pertenencia. No es perfecto, pero es auténtico. Y en tiempos donde eso escasea, vale oro.